El invierno es la estación que menos esfuerzo físico requiere de nuestra parte en cuanto a la dedicación al jardín, el campo o la huerta: las plantas entran en su etapa de letargo y nos exigen menos atención. Eso no quiere decir que no tengamos que brindarles algunos cuidados básicos para mantenerlas sanas y fuertes. En esta nota, cuatro especialistas en paisajismo, jardinería y huerta comparten cuáles son las tareas esenciales de realizar durante la etapa más fría del año.
En interior
- Regar menos, una sola vez por semana.
- Regular la exposición de las plantas a la calefacción. Si el ambiente es muy seco, ellas van a necesitar que las pulverices con agua. Estarías simulando la humedad ambiente de donde son originarias.
- Abonar con fertilizantes de liberación lenta, ya que en invierno las plantas no asimilan los nutrientes.
En espacios exteriores
- Plantar árboles caducos, coníferas y arbustos. El modo de hacerlo en esta temporada es en cepellón y a raíz desnuda; al elegirlos, en el primer caso fijate que el terrón no esté roto y, en el segundo, que sus raíces estén turgentes. Para plantar árboles y arbustos de hojas perennes conviene esperar a fines del invierno. Para árboles persistentes subtropicales -como magnolias, alcanfores y grevillea-, mejor esperar a mitad de primavera o fin de verano.
- Apagar los sistemas de riego automático.
- Proteger la tierra y base de las plantas con mantillo vegetal, mulch, pinocha, etc., que además se van a ir descomponiendo y servir de “alimento” en las temporadas cálidas.
- Podar rosas . Se empieza por eliminar las partes muertas y las ramas que se cruzan. A las híbridas de té y grandifloras se les deja tres o cuatro ramas sanas a 30 o 40 cm desde el injerto. A las floribundas se les puede dejar algún tallo más y también un poco más altas (con unas tres o cuatro yemas más). Y a las inglesas solo basta con sacarle una cuarta parte de su altura. Las trepadoras y arbustivas casi no necesitan poda, pero sí es bueno hacerles una buena limpieza y guiar sus tallos de manera horizontal para incentivar la floración. En todos los casos, siempre es bueno dejar la última yema que mire hacia afuera. Juntá toda la poda, embolsala y eliminala, ya que es fuente de enfermedades. Luego carpí el suelo y aplicá polisulfuro de calcio (10 cm³ en dos litros de agua) tanto en la planta como en el suelo. A los quince días se puede abonar con bosta seca, humus de lombriz, triple 15 o harina de hueso.
- No podar las gramíneas hasta los primeros días de primavera. Sí se puede entresacar o ‘cepillar’ para mejorar su aspecto.
- Proteger a los árboles susceptibles al frío. Muchos de ellos nativos -como jacarandás, ceibos, bauhinias y lapachos-, necesitan ser protegidos durante sus primeros años. Lo ideal es cubrirlos con tela antihelada, que deja pasar la luz pero no el frío. Empezá envolviendo la corona: la zona de unión entre la raíz y el tallo . Luego el tronco y, desde ahí para arriba, todo lo que se pueda, como si fuese un chupetín, aunque si se hielan las hojas superiores no hay que preocuparse porque luego volverán a crecer.
- Aplicar la misma técnica a las plantas tropicales -como heliconias, strelitzias y bananos- o a arbustos muy tiernos si están plantados en una zona desprotegida. Si no tenés tela antihelada, podés usar paja, papel o mantas viejas ; pero en este último caso, tapá apenas la parte baja de la planta y luego cubrí con algún material impermeable, ya que si la corona queda húmeda mucho tiempo la planta puede pudrirse. Los helechos arborescentes también suelen helarse; para no romper sus frondas, armá una estructura con cañas y luego cubrila con polietileno como si fuese una casita (destapalo en días cálidos).
- Controlar y reforzar el tutorado de plantaciones de árboles que hayas hecho el año pasado. Los de plantaciones de más de dos años ya se pueden retirar.
- Dividir las hostas con mucho cuidado, para obtener mejores floraciones luego de varios años de plantadas; además, conviene hacerlo porque se van encimando.
En la huerta
- Cultivar verduras que se desarrollan en plena estación fría , incluso en latitudes muy australes: acelga, ajo, ajo elefante, alcaucil, apio, brócoli, canónigos, cebolla, chirivía, colinabo, escarola, hinojo, lechuga, rabanito, radicchio, remolacha, repollo, ruibarbo, salsifí, topinambur, zanahoria. Entre las muy resistentes al frío: ajo, ajo elefante, cebolla de verdeo, endivias, espárragos, habas, puerros, rábanos, rabanitos, repollitos de Bruselas, repollo, ruibarbo. En las zonas extremas con nieve o vientos muy fuertes recurrí a túneles, invernaderos o microtúneles para llegar a la cosecha.
- Compostar los restos orgánicos del otoño.
- Regar con moderación.
Por Ignacio Van Heden, Gabriela Escrivá, Agustina Anguita y Paqui Arias.