San Pedro de Colalao, villa veraniega por excelencia, está enmarcada por los ríos Tipas y Tacanas y cuenta con innumerables atractivos para esperar al turista.
Para llegar, el visitante deberá tomar, desde la ciudad capital, la Ruta Nacional Nº 9 hacia el norte y tras recorrer aproximadamente 65 kilómetros hasta la intersección con la Ruta Provincial Nº 311 deberá continuar 25 kilómetros más hasta llegar a dicha localidad. El recorrido total culminará en 90 kilómetros.
Su clima es seco con temperaturas mínimas entre 18° y 25° C lo que posibilita disfrutar de vacaciones a pleno sol, con noches frescas. En invierno son escasas las lluvias y las altas cumbres brindan un hermoso espectáculo, especialmente cuando amanecen nevadas, contrastando con el azul del cielo.
A fines del siglo XVII el capitán Pedro de Ávila y Zárate y el sacerdote Luis Marañón fundaron con cuarenta y siete indios la encomienda de San Pedro de Colalao. Allí está el origen de esta villa rodeada de imponentes estancias, donde en 1858 la comunidad lugareña donó terrenos para la iglesia y tiempo después, con la venta de lotes, se comenzó a formar un núcleo de población. En 1901 se creó la comuna de la villa y en 1902 fue fundada la Iglesia de San Pedro. Es allí donde los jesuitas enseñaron a los lugareños las labores agrícolas y artesanales. En su interior se encuentra una campana de más de 300 años, que los monjes habían extraviado tras una tormenta y fue encontrada en el lecho del río.
Es posible encontrar yacimientos arqueológicos correspondientes a la cultura Ayampitin, Ampajango y Candelaria en todas sus etapas temprana, media y tardía. La plaza central Leocadio Paz, está rodeada de antiguas casonas de fines del siglo XIX, de sobrias líneas del clasicismo italianizante. Su añosa arboleda de tipas y flores de estación junto con la iglesia de San Pedro, el Museo-Biblioteca y la comuna, entre otros edificios se destacan en el entorno. En el museo de San Pedro se conservan algunos petroglifos y rocas milenarias.
Dentro de las diversas opciones que ofrece encontramos Piedra Pintada, un sitio arqueológico ubicado a 9 kilómetros de la villa que muestra signos tallados por ancestrales culturas en honor a la fertilidad y las cosechas. Este petroglifo tiene más de 45 petrografías talladas y fue descubierta a fines del siglo XIX en la ovejería, a orillas del río Tipas Mayu. Se recomienda ir acompañados de guías locales.
La gruta de la Virgen de Lourdes, en la entrada al pueblo, es otro de los atractivos que ofrece esta villa veraniega. Consiste en una réplica de la ubicada en Francia, en la misma se encuentra una piedra incrustada en uno de sus muros, extraída de la gruta original. En el mes de febrero, miles de fieles se congregan para presenciar la obra “El Milagro de la Virgen de Lourdes”, representada por actores profesionales y colaboradores locales.
El río Chulca, ubicado a 9 kilómetros hacia el noroeste, ofrece hermosos paisajes para disfrutar una tarde en familia. Se accede por camino de tierra y convoca a gran cantidad de turistas especialmente en la época de verano.
Otro atractivo es la reserva Fitozoológica Dr. Carlos Pellegrini la cual cuenta con quinchos y asadores para pasar el día al aire libre rodeado por la naturaleza. El visitante se sumergirá en una perfecta selva y será testigo de más de 150 especies exóticas como tucanes, leones, tigres de bengala y flamencos; y otras autóctonas como zorros, águilas, pumas y tapires.
Para los amantes de la aventura, San Pedro ofrece un paseo hacia el Puente del Indio, un puente natural formado por la erosión del tiempo y el agua, aunque según antiguos relatos fue creado por los pueblos originarios. Se recomienda realizar el mismo, acompañado de guías locales.
Un mirador natural, es el conocido Monte Bello desde donde se puede observar al pueblo en todo su esplendor.
Durante el año se llevan a cabo diferentes festividades que invitan al turista a participar de ellas como la Fiesta de la Humita en el mes de enero o el Festival de la Nuez durante Semana Santa, entre otras.
San Pedro cuenta con variadas opciones de alojamiento y gastronomía. También, es el lugar ideal para realizar trekking, mountain bike, cabalgatas y travesías en cuatriciclo.