Las autoridades sanitarias son muy claras: Tucumán atraviesa los momentos más críticos de la pandemia porque está cerca del pico. Los indicadores epidemiológicos no dejan lugar a dudas: hay casi 38.000 casos confirmados de coronavirus (había 19.000 el 1 de octubre), desde hace una semana se reportan más de 1.000 contagios nuevos por día, y los fallecidos ya son 601 (eran 286 al inicio del mes).
No es menos cierto, sin embargo, que la situación económica es asfixiante, y que hay sectores -como los gastronómicos y los gimnasios- que no soportarían tener que suspender nuevamente sus actividades. Es por ello que hace una semana el Comité Operativo de Emergencia (COE) les otorgó excepciones (Resolución N°113) para que continúen funcionando con restricciones, a pesar de que en el DNU 792 se alertó que “la velocidad de aumento de casos es alta” y que San Miguel de Tucumán debía regresar al aislamiento obligatorio.
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En este marco es que en los últimos días, en el ambiente gastronómico, se comenzaron a divulgar dos nuevas propuestas para tratar de ampliar la capacidad de trabajo e disminuir los riesgos de contagios: peatonalizar algunas calles para ubicar más mesas al aire libre, y también dotar los aires acondicionados de los salones de filtros especiales de alta eficiencia, similares a los que se usan en los aviones.
La primera de las iniciativas ya se materializó en forma de proyecto de ordenanza. La concejala alfarista Sandra Miranda presentó el viernes una iniciativa para que, de 18 a 23, se corte el tránsito y se peatonalicen calles laterales a tres plazas: Urquiza, San Martín e Yrigoyen. Así, se propone habilitar en Santa Fe al 500, 9 de Julio al 400 y Bolívar al 700 la posibilidad de ubicar mesas sobre el asfalto en dicho horario.
En los argumentos, el proyecto remarca que la Municipalidad desde hace un mes cedió espacios de la vía pública para que los bares puedan trabajar (el COE sólo autoriza las mesas al aire libre, a dos metros de distancia entre ellas y con un máximo de tres personas en cada una). Se explica también que se busca resguardar la integridad física de los mozos, que deben cruzar las calles cargados de vajilla.
La iniciativa cuenta también con las firmas de los ediles Daniel Mizrahi, Daniel Alfaro, José “Lucho” Argañaraz y Rodolfo Ávila, entre otros.
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Por otra parte, Gettar indicó que están muy preocupados por lo que sucederá en el verano debido a las altas temperaturas y las lluvias. Ayer nomás el termómetro superó los 40°, por lo que el verano se anuncia complicado. Es por este motivo que el titular de la Unión adelantó que están trabajando en un nuevo protocolo para ser acercado al COE, para que se analice la posibilidad de habilitar los salones. Indicó que para cuidar a los clientes y disminuir el riesgo al máximo se está estudiando el agregar filtros especiales de alta eficiencia (HEPA, por sus siglas en inglés), del mismo estilo que se usan en los aviones.
“Usar los salones permitiría una continuidad de la actividad, porque sino esto se va a cortar con la llegada de las épocas estivales”, dijo. Añadió que acercarán la propuesta al COE para que se analice para el mes entrante.
Los aviones argentinos cuentan con un sistema de aire acondicionado que posee filtros HEPA, que elimina el 99,9% de bacterias y microbios que circulan dentro de la aeronave. Días atrás, incluso, el ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, señaló que estos sistemas de aireación son tan sofisticados que “generan un aire puro permanente, un ambiente absolutamente aséptico que simula la misma situación que un quirófano”.