El cáncer de mama es una de las enfermedades más temida por las mujeres de todas las edades. Por ello, no es de extrañar que algunas se alarmen al sentir tumores o nódulos mamarios. No obstante, en la mayoría de los casos son benignos. Pero, ¿por qué aparecen? En el siguiente apartado te lo explicaremos.
Antes que nada, es importante aclarar que las mamas están compuestas por diferentes tipos de tejido. De esta manera, podemos encontrar partes glandulares, adiposas y conectivas, por lo que es común palpar bultos o masas sin que exista ninguna alteración en el seno.
¿Qué son los nódulos mamarios?
Este es un motivo de consulta frecuente en las consultas ginecológicas, ya que la palpación de los mismos genera intriga y preocupación. Los nódulos mamarios son lesiones profundas con textura diferente al tejido circundante y con un diámetro variable.
Además, esta lesión no presenta ninguna modificación a lo largo del ciclo menstrual y suele generar asimetría con respecto a la mama contralateral. En algunas ocasiones, los bultos pueden ser dolorosos e ir acompañados de algún tipo de secreción a través del pezón.
Muchas personas asocian los nódulos mamarios con cáncer de mama. No obstante, estudios han demostrado que en más del 80% de los casos son benignos. Incluso, muchos de ellos pueden ser generados por cambios hormonales producto del ciclo menstrual o durante la lactancia.
Tipos de nódulos mamarios
En la actualidad, existen muchas enfermedades capaces de generar este tipo de lesión en los senos. Sin embargo, para facilitar su estudio, es conveniente dividirlos en dos grupos: benignos y malignos.
Nódulos benignos
Los nódulos mamarios benignos son aquellos bultos que conllevan un riesgo bajo de desarrollar cáncer de mama o que no son indicativos de la presencia de la enfermedad. En este sentido, encontramos a la palpación un bulto móvil, de bordes definidos, blando, doloroso y con pocas alteraciones en la piel.
Entre las causas más comunes de este tipo de lesión se encuentran las siguientes:
- Alteraciones asociadas a la menstruación.
- Abscesos mamarios.
- Fibroadenomas.
- Quistes mamarios.
- Lipomas y papilomas intraductales.
- Ectasia ductal.
Nódulos malignos
En la mayoría de los casos, los nódulos mamarios malignos se forman a partir de lesiones benignas que se malignizaron, generando así un carcinoma. De esta manera, a la palpación el bulto será duro, de bordes irregulares, inmóvil, no doloroso y con alteraciones en la piel o en el pezón.
Este tipo masas son más frecuentes en mujeres cercanas a los 40 años y ante su presencia siempre se deberán realizar diversos exámenes complementarios para el correcto diagnóstico. Entre ellos se puede indicar una ecografía mamaria, una mamografía o una biopsia.
Tu miopía te protege del coronavirus: un estudio lo comprueba
Posibles causas de los nódulos mamarios
Hemos mencionado algunas de las patologías que pueden generar este tipo de lesión. No obstante, es momento de profundizar en las 3 causas más comunes. Todas ellas requieren un abordaje médico.
1. Abscesos de mama
Esta patología es frecuente en mujeres jóvenes que se encuentran embarazadas o en período de lactancia. Los abscesos de mama se manifiestan como masas muy dolorosas con cambios inflamatorios locales. De esta manera, el área puede estar enrojecida, aumentada de tamaño y caliente al tacto.
Dicha lesión es producto de una infección bacteriana y suele iniciar como una mastitis. Cuando la misma no se trata con antibióticos, se produce una sobreinfección y se acumula líquido purulento, dando lugar así al absceso.
El tratamiento de los abscesos de mama no difiere de aquellos que aparecen en otras partes del cuerpo. En este sentido, dependiendo de su tamaño, se podrá drenar el líquido contenido en él. Aunque son muy dolorosos, su evolución es favorable y suele desaparecer en pocas semanas.
2. Quistes de mama
Los quistes son la causa más frecuente de nódulos mamarios. De hecho, se estima que el 90 % de las mujeres los presentan. Este tipo de malformaciones es frecuente en jóvenes entre los 20 y 40 años. Aunque su causa no está bien determinada, existiría una influencia hormonal.
Son acumulaciones de líquidos contenidas en una cápsula de consistencia blanda, móviles, tamaño variable y que pueden llegar a ser bilaterales. A diferencia de los abscesos de mama, el líquido no estará infectado, por lo que no habrá cambios inflamatorios.
Algunos quistes de mama pueden ser dolorosos y generan mastalgia durante la menstruación. A pesar de que no existan estudios que relacionen esta alteración con el riesgo a sufrir cáncer de mama, es recomendable realizar un chequeo constante de los mismos.
En la actualidad, no existe un tratamiento específico para esta lesión. Si los mismos generan mucha molestia o tienen un gran tamaño, el especialista puede recomendar drenarlos, pero existe el riesgo de que aparezcan de nuevo.
Mantén el frizz de tu cabello bajo control
3. Fibroadenoma
El fibroadenoma es una tumoración benigna de la mama, la que se forma cuando la glándula mamaria crece de forma irregular. Suele confundirse con un nódulo maligno ya que es duro, indoloro, móvil y puede crecer a lo largo del tiempo.
Se describen 3 tipos de fibroadenomas: los simples, los complejos y los gigantes. Los primeros son aquellos tumores menores a 5 centímetros en los que todas las células que lo constituyen tienen características similares. Es decir, no existe ningún riesgo de malignidad.
Por su parte, los fibroadenomas complejos tienen cierto grado de atipia celular, o sea, las células comenzaron a variar entre sí. No obstante, según la Sociedad Americana de Cáncer, el riesgo de desarrollar un carcinoma a partir de este tumor mamario no aumenta significativamente.
Por último, los gigantes son aquellos que superan los 5 centímetros de diámetro. En la mayoría de los casos, este tipo de tumoración desaparece con el tiempo. Tan solo será necesario un monitoreo constante para detectar si ocurre algún cambio de tamaño.
En casos extremos, cuando molesta en exceso o tiene un gran tamaño, se puede realizar una extracción quirúrgica. No obstante, al igual que los quistes de mama, pueden reaparecer.
Recomendaciones ante la presencia de un nódulo mamario
Como puedes ver, palpar una protuberancia en el seno no es sinónimo de cáncer. Lo más probable es que se trate de alguna tumoración benigna que no represente ningún riesgo para la vida. Sin embargo, es importante acudir al médico y realizar todos los exámenes correspondientes para tener un diagnóstico certero.
Además, todas la mujeres deberían realizarse el autoexamen de mamas al menos una vez al mes. Esta será la única manera de conocer la anatomía de los senos y así poder detectar cualquier anormalidad a tiempo.