Las altas temperaturas pueden causar síntomas severos, como el golpe de calor, provocado por la incapacidad del cuerpo para regular su temperatura. En estos casos, la persona presenta piel seca, roja y caliente, pulso rápido y fuerte, náuseas, calambres y pérdida del conocimiento, lo que puede llevar al coma y la muerte.
La mayoría de los fallecimientos por olas de calor se deben al agravamiento de enfermedades infecciosas o crónicas (cardiopulmonares, renales, endocrinas y psiquiátricas). Otros síntomas incluyen: edemas en miembros inferiores, erupción en cuello por calor, calambres, dolor de cabeza, irritabilidad, letargo y debilidad.
Las personas que tienen mayor riesgo de complicaciones y muerte durante una ola de calor son los chicos, los adultos mayores, y aquellos que tienen enfermedades crónicas y que requieren medicación diaria.
Diego Bares (M.P. 111.650), especialista consultor en Clínica Médica explicó que existen cinco situaciones clínicas asociadas al calor extremo:
- Golpe de calor: Entidad clínica con riesgo de vida, donde la temperatura corporal puede subir por encima de 41 grados centígrados. Los síntomas asociados incluyen: piel seca, pulso rápido (taquicardia), jadeo y movimientos respiratorios acelerados (taquipnea), mareos, náuseas y vómitos, sed extrema y cuadros confusionales.
- Agotamiento por calor: Este cuadro puede ocurrir después de varios días expuestos a altas temperaturas y sin adecuada hidratación. Los síntomas incluyen: sudoración profusa, cefalea, respiración rápida (taquipnea) y pulso rápido y débil (taquicardia). “Si no recibe evaluación y tratamiento adecuado y oportuno, puede evolucionar a un cuadro clínico similar al golpe de calor”, precisó.
- Calambres por calor: Dolores o espasmos musculares dolorosos que ocurren durante el ejercicio no controlado. En general, suelen aparecer en abdomen, brazos o piernas
- Erupciones cutáneas por calor: Irritación de la piel por exceso de sudoración. Lesiones rojizas y dolorosas, habitualmente en tronco, cabeza y miembros siendo mucho más frecuentes en la población pediátrica.
- Quemaduras por exposición solar: La exposición solar fuerte puede provocar daño en la piel, como quemaduras, alergias, manchas, arrugas e incluso puede causar enfermedades como melanomas.
Siete medidas preventivas frente a una ola de calor
El especialista dio una serie de recomendaciones para evitar sufrir un golpe de calor:
- Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12.00 a 17.00) y, en general, y las exposiciones prolongadas como dormirse al sol.
- Si se siente cansancio o mareo, retirarse a un lugar fresco y ventilado.
- Cubrirse adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol. Eso ayudará a prevenir tanto los golpes de calor como las quemaduras.
- Ingerir abundante agua, líquidos y bebidas isotónicas.
- Evitar las comidas pesadas de difícil digestión que hacen aumentar la temperatura interna.
- Usar ropa ligera y clara que permita la transpiración, el principal mecanismo de refrigeración del cuerpo.
- Prestar especial atención a los ancianos y niños (los menores de tres años no deben exponerse al sol).
Síntomas del golpe de calor
Temperatura del cuerpo 39°C – 40°C o mayor (medida en la axila).
- Piel roja caliente y seca (se agota la transpiración).
- Respiración y frecuencia cardíaca acelerada.
- Dolor palpitante de cabeza.
- Alteración del estado mental y del comportamiento: vértigos, mareos, desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento.
- Convulsiones.
Planes para enfrentar las olas de calor
La Organización Panamericana de la Salud publicó medidas de prevención y una guía para apoyar a los países de las Américas en el desarrollo de planes de contingencia para enfrentar las olas de calor.
Esta incluye recomendaciones para el sector salud y las agencias de meteorología para prepararse y responder mejor ante esta amenaza, prevenir los efectos adversos de las olas de calor, atender a las personas afectadas y salvar vidas.
La guía insta a que los planes de contingencia por ola de calor determinen la probabilidad e intensidad del impacto en la población, emitan alertas e implementen acciones de respuesta de acuerdo a la amenaza.
Los países deberían fortalecer la vigilancia epidemiológica de la morbilidad y mortalidad asociada al calor y mejorar la capacidad de los servicios de salud (capacitación de personal, mejoras en el diseño de nuevos hospitales, y equipamiento de hospitales existentes en zonas de mayor riesgo).