La Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) llevará a cabo una campaña de detección gratuita de hidradenitis supurativa. Se estima que medio millón de argentinos puede padecerla, muchos de los cuales aún no tienen diagnóstico y conviven con la enfermedad.
El dolor, el olor y la supuración son algunas de las principales características de la hidradenitis, enfermedad no contagiosa y de origen infeccioso. Se conoce que el retraso en el diagnóstico es de hasta ocho años, alterando profundamente la calidad de vida del paciente.
Según la investigación Epidemiology of Hidradenitis Suppurativa: Prevalence, Pathogenesis, and Factors Associated with the Development of HS se trata de una enfermedad inmunológica, inflamatoria, crónica y recurrente de la piel que suele manifestarse luego de la pubertad, a través de lesiones dolorosas e incómodas tales como nódulos inflamados (similares a forúnculos), en áreas donde crece el vello (ingle, axilas y/o entre los glúteos) o donde una parte de la piel se roza con otra, como entre los muslos o bajo los senos en las mujeres.
Virginia López Gamboa(M.N. 169.374), dermatóloga y miembro del grupo de trabajo de hidradenitis supurativa de la Sociedad Argentina de Dermatología, explica que “las principales manifestaciones son nódulos inflamados (similares a los forúnculos) y abscesos a repetición y en brotes en pliegues como axilas, pubis, ingles, glúteos y por debajo de las mamas, aunque puede presentarse en áreas menos frecuentes: detrás de las orejas, nuca y espalda”.
Y agregó que también se pueden observar “comedones (conocidos como espinillas o puntos negros) en las zonas afectadas y, cuando la enfermedad se prolonga en el tiempo, puede dejar túneles o fístulas que supuran y dejan cicatrices. Se acompaña de dolor, hinchazón o edema que evidencian la inflamación de la zona, y a veces picazón y mal olor”.
Del 18 al 24 de julio, aquellas personas que identifiquen síntomas de la enfermedad podrán solicitar un turno gratuito con un médico especialista a través de la web www.pedirturno.com.ar o llamando al 0800-220-0082, de lunes a viernes de 09.00 a 14.00. La atención efectiva será del 25 de julio al 5 de agosto.
“Estas campañas de detección ponen en movimiento todo un engranaje: la población se reconoce con la enfermedad y asiste a un médico especialista que puede ofrecerle un diagnóstico y tratamiento en tiempo y forma”, cuenta Claudio Greco (M.N. 119.048), médico dermatólogo y miembro del grupo de trabajo de hidradenitis supurativa de la Sociedad Argentina de Dermatología.
El diagnóstico temprano es fundamental para aliviar los efectos del trastorno. “Demorar el tratamiento libera los mecanismos que ocasionan la enfermedad y eso impacta notablemente en la calidad de vida de los pacientes. Esto genera un retroceso indeseado y, en algunos casos, aumento de brotes (lesiones dolorosas), pérdida de la eficacia terapéutica y complicaciones que podrían requerir internación”, indica Alberto Lavieri (M.N. 67.467), dermatólogo y coordinador del grupo de trabajo de hidradenitis supurativa y enfermedades autoinflamatorias de la Sociedad Argentina de Dermatología.
Además, agrega que “la demora en el diagnóstico de la enfermedad puede tener varias causas. Hay personas que presentan formas leves y que, por ello, suelen postergar la consulta con el médico; otros han realizado ya varias consultas y obtienen diagnósticos erróneos. En otras ocasiones, frente a nuevos brotes de la enfermedad, los pacientes optan por automedicarse y se resignan. Esto empeora la evolución de la enfermedad y posterga el acceso al tratamiento adecuado”.
Por sus características, la enfermedad impacta en la vida diaria de quienes la padecen, incluyendo aspectos emocionales, psicológicos, sexuales y laborales. “La HS es una de las patologías dermatológicas que más afectan la calidad de vida de nuestros pacientes. Los períodos de brotes alteran las relaciones laborales, familiares, íntimas y de toda interacción social. Cuando la enfermedad se prolonga en el tiempo, si no es atendida y acompañada por el personal médico, la salud mental puede verse muy deteriorada, desencadenando aislamiento social, estados de depresión e ideación suicida”, agrega López Gamboa.
“A lo largo de los años y de campañas anteriores, hemos identificado que el tiempo promedio de diagnóstico suele demorarse hasta ocho años. Esta campaña busca darles a los pacientes la oportunidad de acceder a un diagnóstico certero a tiempo y el tratamiento más adecuado según sus necesidades”, concluye Greco.