Tras el aumento de los combustibles líquidos impulsados por YPF, ahora llegó el turno de un nuevo incremento del Gas Natural Comprimido (GNC). La suba se aproxima a los $4 por metro cúbico, de modo que pasó a costar $45,99, este precio estará vigente hasta el mes de mayo, mes en el que se estipula un nuevo aumento.
En efecto, se calcula que el GNC seguirá subiendo el próximo mes, cuando se aumenten los demás combustibles. En ese sentido, se estipula que el precio de metro cúbico pasaría a costar $49,99, lo que representaría un impulso más a una curva inflacionaria ascendente.
El presidente de la Cámara de GNC del interior del país Marcelo Zanoni, en declaraciones a diferentes medios de prensa detalló que, con este aumento, el valor del Gas Natural Comprimido es el “precio más caro de la historia”, estará un 53% del valor de la nafta súper, una brecha entre los valores de ambos combustibles que tiene una tendencia a achicarse cada vez más.
El aumento del GNC constituye otro golpe al bolsillo para la población trabajadora. Y como ya anuncian voceros del sector empresarial este aumento no será el último en el año, lo que da cuenta de un proceso de confiscación de los ingresos populares, porque la suba de los precios no guarda relación con la actualización de salarios y jubilaciones.
Entre las razones por las cuales sube el precio de metro cúbico de GNC se argumenta que varias estaciones quedaron afuera del Plan Gas, en ese sentido se quejó Zanoni. Cabe aclarar que la mencionada medida del gobierno nacional trajo como consecuencia subsidios, una reforma laboral, y no se evitan los aumentos.
Además, de acuerdo al diario La Nación el precio del GNC ira en aumento en función del promedio de aumentos de la nafta súper de YPF. De este modo se incrementaría al menos un 0,5% cada tres meses. Cabe aclarar que el costo del metro cúbico no está totalmente regulado, lo que puede dar lugar a un precio por encima del señalado en diferentes estaciones.
En este marco, es claro que se impone conocer los verdaderos costos del sistema energético, estableciendo la apertura de los libros de las empresas, en la perspectiva de la nacionalización de la industria hidrocarburífera, bajo control obrero, para terminar con los tarifazos permanentes.
