Un grupo de científicos de Australia desarrolló un estudio para conocer cómo el confinamiento provocado por la pandemia de COVID-19 afectó a los niños y jóvenes que sufren trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). En esta investigación se analizaron los cambios en la rutina y en el contacto social asociados a las restricciones provocadas por el coronavirus. Además, buscaron hacer hincapié en la incertidumbre asociada a la situación sanitaria actual que puede acrecentar los síntomas del TDAH y sus problemas asociados.
En este estudio, publicado en el Journal of Attention Disorders, se hace referencia a que las restricciones de la pandemia no solo generaron efectos negativos en los pacientes con TDAH y en sus familias, pues el estar más tiempo en casa y tener que recurrir a la teleformación han hecho que algunos factores que generaban estrés en los pequeños se disipen, como es el caso de las dificultades en las relaciones sociales o la frustración generada por el bajo rendimiento escolar.
Mejora en el rendimiento durante la pandemia
Durante la investigación, los expertos tomaron los datos de otros estudios realizados en este mismo sentido en Shanghai y Francia. En los resultados de Shanghai, el 54 por ciento de los padres señalaron que la concentración de sus hijos había empeorado, un 67 por ciento apunto que las situaciones de ira aumentaron y el 56 por cierto que sus hijos tenían perores rutinas diarias. Por el contrario, entre un 30 y 40 por ciento aseguró que el sueño y la alimentación de los menores con TDAH había mejorado durante la pandemia.
En el estudio de Francia, el 34 por ciento de los niños tenía un peor nivel de bienestar mientras que el 31 por ciento aseguraba que su rendimiento durante la pandemia había mejorado. Aún así, los investigadores australianos decidieron analizar los cambios de vida que estos pacientes habían sufrido (actividad física, uso de redes sociales, ansiedad o sentimiento de soledad) durante el confinamiento provocado por la pandemia, algo que aseguran que los anteriores estudios descritos no habían analizado.
Más sensación de tristeza y soledad por el COVID-19
Los resultados de este estudio aseguran que la pandemia provocó un empeoramiento en aspectos como la salud física, el uso de las nuevas tecnologías y la salud mental; sin embargo, otras áreas como el sueño o la distracción no se vieron alteradas por la situación del COVID-19. En cuanto a la situación emocional de los menores, los niños con TDAH experimentaron una mayor triste y soledad, más del 30 por ciento de los padres notificaron que sus hijos habían experimentado situaciones de estrés y de preocupación por el COVID-19. Sobre el desarrollo y atención de la enfermedad por parte de las autoridades, un 42% afirmó que la consideró de la misma calidad mientras que el 48 opinó que eran peor que antes de la irrupción de la pandemia.
La mirada distante
La telemedicina se ha convertido en una opción de tratamiento prometedora para apoyar las necesidades de salud mental de los niños, especialmente, para aquellos que no pueden acceder a la atención cara a cara.
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El Instituto de la Mente Infantil (Child Mind Institute), organización estadounidense sin ánimo de lucro, cuyo fin es el de facilitar las vidas de los niños y las familias que lidian con la salud mental y los trastornos del aprendizaje, presentó su nuevo informe sobre Salud Mental en la Infancia, cuya temática, versa en tono a la investigación más reciente sobre e-salud, con una mirada sobre su funcionamiento y efectividad, los servicios de salud mental para niños que se pueden brindar a través de plataformas y quién se beneficia de ella, cuáles son las actitudes de los pacientes y personal sanitario hacia la telemedicina, cómo ha impactado la pandemia en su desarrollo y qué desafíos futuros presenta, etc.
Tal y como señalan sus autores, en la actualidad hay una grave escasez de profesionales de la salud mental, incluidos psicólogos clínicos, que se traduce en largas listas de espera para recibir tratamiento, pudiendo pasar hasta una década entre la aparición de los síntomas de salud mental y el inicio del tratamiento.
Debido a la exigüidad de profesionales de la salud mental, son los médicos de atención primaria quienes terminan brindando la mayor parte de la atención de la salud mental y realizando prescripciones psicofarmacológicas, a pesar de su falta de formación especializada en tratamientos psicológicos y conductuales basados en la evidencia.
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Ante esta situación y en el contexto actual de pandemia por coronavirus, en que muchos niños no han podido recibir la atención a la salud en un momento en que más se necesitaba, se ha observado una expansión del uso de la telemedicina en todas las disciplinas.
Dado lo anterior, el informe traza una radiografía del panorama actual de la e-salud para el paciente pediátrico en salud mental, recogiendo datos de investigaciones recientes en este ámbito. Asimismo, incorpora las perspectivas y experiencias de las familias en el uso de la e-salud para el tratamiento de la salud mental de sus hijos e hijas, obtenidas a partir de una encuesta a padres estadounidenses.
En el documento alertan sobre brechas de tratamiento y telesalud: la ansiedad es uno de los problemas de salud mental más prevalentes entre los y las jóvenes, pero uno de los menos tratados. El TDAH es uno de los problemas que se han tratado con mayor frecuencia a través de la telesalud, sin embargo, la mayoría de los y las adolescentes con TDAH no reciben ningún tipo de intervención (según datos del informe, el 80 por ciento de las personas con TDAH infantil no recibe tratamiento después de los 12 años.