Desde 2018, por un decreto de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se celebra internacionalmente el Día Mundial de la Bicicleta.
El motivo fundamental detrás de conmemorar esta fecha es dar protagonismo a un medio de transporte que ayuda a la salud de las personas a la vez que colabora en paliar la crisis mundial por la contaminación y el cambio climático.
Esta particular iniciativa no surgió del organismo internacional, sino que fue obra del largo trabajo del sociólogo y profesor polaco Leszek Sibilski.
Sibilski, quien durante su juventud fue múltiple campeón de ciclismo, publicó en 2015 un artículo titulado “El ciclismo es asunto de todos”. Desde su blog personal, el polaco comenzó una campaña para el reconocimiento del vehículo de dos ruedas.
En una entrevista posterior al reconocimiento, Sibilski confesó que llevó su propuesta a algunos líderes políticos referentes de países que promueven el ciclismo, pero que se encontró con una negativa.
Lejos de desistir, el sociólogo insistió y fue así que consiguió en 2017 el apoyo formal de Turkmenistán ante las Naciones Unidas.
Finalmente, el 12 de abril de 2018, mediante la resolución 72/272, se estableció el 3 de junio como el Día Mundial de la Bicicleta. La moción fue apoyada por 193 países y contó con el patrocinio de 56 de ellos.
Beneficios a la salud
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) andar en bicicleta es una actividad de intensidad moderada que tiene importantes beneficios para el cuerpo humano:
- Aumento de la aptitud cardiovascular.
- Reducción de los niveles de estrés.
- Incremento de la fuerza y flexibilidad muscular.
- Mejora de la postura y coordinación.
- Disminución de los niveles de grasa corporal.
Orígenes
Aunque existen discusiones que datan de años anteriores, los investigadores coinciden que el primer vehículo de dos ruedas fue inventado por el alemán Karl Drais Von Sauerbronn en 1817.
Este artefacto, con una montura y dos ruedas, se movía producto del impulso dado por la alternancia de los pies de la persona que lo manejaba. Una palanca conectada a la parte delantera oficiaba de manubrio y debía ser movida con ambas manos para girar.
Veinte años más tarde, el escocés Kirkpatrick Macmillan construiría un prototipo con pedales similares a los que conocemos en nuestros días.
La última actualización se dio en 1890, cuando en Inglaterra, John Dunlop modernizó la rueda con la creación de una cámara de tela y caucho que se llenaba con aire.