“Mañana (por hoy) va a ser un día muy importante en Argentina para la salud pública, para el programa ampliado de inmunizaciones”, adelantó la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, segundos antes de presentar a la doctora Mirta Roses Periago, presidenta de la Comisión Nacional de Inmunizaciones, ex directora regional de la OMS para las Américas, en el reporte diario de este domingo sobre el nuevo coronavirus.
“A partir de mañana (por hoy), lunes primero de junio, el país adoptará un nuevo esquema de vacunación contra la poliomielitis, esto significa que en todo el país se dejará de usar la vacuna oral Sabin y se utilizará únicamente la inyectable tipo Salk”, anunció Roses, quien especificó que la decisión fue publicada en la Resolución 814/2020 del 24 de abril en el Boletín Oficial y surgió de las recomendaciones emanadas de la Comisión Nacional de Inmunizaciones y del Comité Nacional de Certificación de la Erradicación de la Poliomielitis que preside el doctor Pablo Eduardo Bonvehí.
La doctora Roses, quien se graduó en 1969 de médica cirujana en la Universidad Nacional de Córdoba y obtuvo el diploma en Salud Pública con orientación en Epidemiología y el título de especialista en Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Buenos Aires, detalló que en el año 2014 la Argentina había incorporado la batalla inyectable tipo Salk completando el esquema con la vacuna oral Sabin, a la espera de mayores avances en la situación mundial tanto epidemiológica como de disponibilidad de la vacuna inyectable. En el año 2016 se eliminó mundialmente el componente del virus Sabin tipo 2 de la vacuna oral.
Acatando esta medida, “bajo la conducción del Instituto Malbrán, en todo el país se destruyeron las muestras progresivamente que contuvieran este virus tipo 2 o que pudieran albergarlo”, precisó Roses, quien desde luego reconoció los avances que permitió este fármaco: “A la vacuna oral Sabin tenemos que hacerle un reconocimiento especial ya que permitió la erradicación de la polio de las Américas y lo está logrando en el mundo, con excepción de dos países y está compuesta por virus atenuados, frente a determinadas condiciones, como las bajas tasas de cobertura, o las deficiencias del sistema inmunológico de los niños puede retomar su virulencia y causar parálisis”.
“Pero la facilidad de su administración, su bajo costo y su capacidad de generar la inmunidad en el tracto intestinal y competir con el virus salvaje han sido la clave del éxito del esfuerzo mundial de la erradicación”, manifestó la funcionaria, y agregó: “El último paso de virus salvaje en la Argentina es de 1984, es decir hace 36 años atrás”.
“La aplicación de la vacuna inyectable no será tan fácil como dar gotitas pero estamos seguros que se podrá seguir cumpliendo con el enorme compromiso y entusiasmo con la tarea como hasta ahora, por esto agradecemos a los voluntarios, técnicos y profesionales de laboratorio que por más de 40 años han sido parte de la Red Nacional de Laboratorios, elemento esencial de la vigilancia, y su cabeza, el Instituto Malbrán, referente para el Cono Sur y parte importante de la Red Mundial de Laboratorios de Polio, hasta que veamos su desaparición final”, puntualizó Roses.
“Invitamos a todo el pueblo argentino a celebrar un hecho histórico, digno de destacar, que en medio de una pandemia y de una situación económica tan difícil, se decida dar el paso más necesario desde el punto de vista sanitario, más imperativo desde el punto ético y más equitativo desde el punto de vista social, celebremos”, concluyó la ex directora de la OPS.
Vizzotti resaltó para finalizar: “Estamos a un pasito de erradicar la segunda enfermedad del mundo después de la viruela gracias a las vacunas, en el medio de la pandemia, una situación inédita a nivel mundial, nuestro ministro, el doctor Ginés González García decidió dar un paso hacia la erradicación de la polio, incorporar un esquema de polio inactivada en todas las dosis, estamos viviendo un momento histórico dentro de una situación inédita, y el reconocimiento a todos y cada uno de quienes formaron parte en este larguísimo camino”.
En diálogo con Infobae, el doctor Pablo Eduardo Bonvehí, médico infectólogo, jefe de Infectología del Centro de Educación Médica e Investigaciones “Dr. Norberto Quirno”(CEMIC), director científico de la Fundación Vacunar y presidente del Comité Nacional de Certificación de la Erradicación de la Poliomielitis, se refirió a esta medida: “La poliomielitis fue una enfermedad que tuvo un enorme impacto en la población, sobre todo porque afectaba a niños, y con el advenimiento de las vacunas, tanto la Salk como la Sabin, se pudo controlar esta epidemia tan grave, sobre todo a partir del uso de la vacuna Sabin oral, que es a virus vivo atenuado”.
“Desde el 2016 se comenzó a hacer este switch o cambio, y a partir de mañana se eliminan todas las vacunas orales que quedaban y todas las vacunas contra la polio serán inyectables, es un poco más molesto pero brinda una seguridad muy alta de la vacunación, en este momento del desarrollo es importante tener una absoluta seguridad, que además de que sea efectiva, cumpla con todos los estándares”, precisó Bonheví.
La polio
Siglos atrás, la polio era llamada la “debilidad de las extremidades inferiores”. En 1840 había sido descrita en Alemania por Heiden y cincuenta años después por Medin, en Suecia. Luego de varias epidemias en distintos puntos del globo, había empezado a propagarse, en forma preocupante, a principios del 1900.
Tal como la define la Organización Mundial de la Salud, es una enfermedad muy contagiosa, transmitida por un virus que afecta principalmente a niños. El contagio se realiza de persona a persona; el virus puede estar presente en la materia fecal, en el agua o en alimentos. Luego de alojarse en el intestino, ataca al sistema nervioso, pudiendo causar parálisis u otro tipo de secuelas motrices y hasta causar la muerte.
Los argentinos sabían de lo que se trataba. Aún recordaban la epidemia de 1942, no sólo en la ciudad de Buenos Aires, sino en puntos importantes del interior del país, que hizo que familias con hijos pequeños abandonasen todo para salvarlos, en medio del desconcierto de las autoridades sanitarias.
La región de las Américas fue la primera en el mundo en ser certificada libre de polio salvaje en 1994, al tener el último caso en Perú en 1991.