El intento por identificar a las personas tóxicas se ha vuelto muy popular en los últimos años, pero ¿realmente sabemos reconocer a estos individuos cuando nos topamos con ellos? Aunque no lo parezca, es común relacionarse con gente nociva y que pase desapercibido.
Por lo tanto, es importante prestar atención a las formas de comunicarnos, así se evitan las consecuencias negativas que surgen al establecer vínculos no saludables. El rasgo primordial de las personas tóxicas es el daño que producen en los demás. A continuación te presentamos los comportamientos más comunes de estos individuos y cómo podemos impedir sus efectos.
Características para identificar a las personas tóxicas
No hay una única forma de causar daño al otro. En dependencia de las características personales, los comportamientos tóxicos pueden manifestarse de una forma u otra. Los más comunes son los siguientes:
- Despertar la culpa en el otro de forma intencionada: se puede identificar a personas tóxicas porque se colocan en el papel de víctimas, generando lástima y pena en los demás. En este caso, el otro se verá obligado a ayudar y prestar apoyo. Bernardo Stamateas presenta este ejemplo ilustrativo: “con todo lo que yo hice por ti, ahora, ¿me pagas así?”.
- Sentir envidia por lo ajeno: no toleran el éxito de los demás.
- Descalificar las acciones del otro: las personas tóxicas desvalorizan a los demás para sentirse bien consigo mismo. El objetivo es despertar sentimientos de desconfianza e inseguridad en la otra persona y tener poder sobre ella. Es común que los descalificadores alaguen a su víctima en un primer momento y luego la humillen.
- Expresar comentarios hirientes y ofensivos: su objetivo es generar miedo e intimidar al otro.
- No disculparse después de maltratar: incluso se llega a justificar la acción maliciosa, lo que representa un puntapié para identificar a la persona tóxica.
- Manipular con engaños: se pretende tener control sobre el otro. Para ello, primero identifican un aspecto vulnerable de la otra persona, la seducen y la utilizan. Buscan individuos a los que se les dificulta decir no y que temen los conflictos.
- Solo pensar en el bienestar propio: poseen una autoestima exagerada, que los lleva a pensar que no hay nadie mejor que ellos. Por lo tanto, consideran que el resto de las persona son merecedoras de su maltrato.
- Quejarse la mayor parte del tiempo: identificamos a las personas tóxicas porque siempre encuentran un motivo para pensar que la vida está en su contra y que nadie puede comprenderlos. Por lo tanto, el lamento se vuelve un hábito.