Hay para todos los gustos, de todos los colores, pero con un atractivo impostergable para los tucumanos en este calurosísimo verano 2018: refrescan cuerpo, mente y alma. Son las cascadas y los paraísos escondidos que reúne nuestra hermosa provincia. Son accesibles para todos y todas, sólo hace falta animarse a escapar del pavimento, despertarse temprano, cargar la conservadora, la Ciudadana y en el mismo, antes de que anochezca, se puede volver. Estas son las opciones imprescindibles:
La Reserva de Aguas Chiquitas está cerquita del Dique El Cadillal: atesora ¡tres cascadas! a las que se llega sin dificultades para refrescarse luego de la caminata. Vas por la Ruta Nacional 9 y la reserva se encuentra pasando la Represa Hidroeléctrica del Dique, por el primer camino de ripio a la derecha. Ahí aparece una cerca de madera que hay que pasar para llegar hasta el Río Salí.
Hay dos formas de llegar a las cascadas: por el río es entretenido, pero complicado: hay que tener en cuenta que en ciertos tramos es probable que haya que cruzar nadando o llevar sogas para pasar. El que va por los filos de los cerros lleva alrededor de una hora y media y es más sencillo. La bajada a la cascada principal, la primera y la más grande, puede ser complicada: hay que sostenerse de ramas, sogas, árboles o lianas. Pero el paisaje lo vale. Una cascada importante, con una olla grande y profunda en la que se puede nadar.
A Rumipunco se llega por la Ruta 38. Para llegar a los túneles, se deben recorrer tres cuadras al sur por la calle General Perón. En la intersección con la Avenida Fernando Riera se gira hacia el oeste, unas 20 cuadras después donde funcionaba la estación. En ese punto, hay que estacionar el vehículo y ascender a pié al terraplén y recorrer 4.800 metros, sobre el talud, hasta la boca del túnel. Para llegar hasta la cascada debemos caminar a través de las construcciones, una vez finalizado este tramo llegaremos a un valle en el que se encuentra el río. Siguiendo el cauce de este encontraremos la caída.
En cambio, para llegar al Salto Los Pizarros se requiere de una caminata de una hora, una travesía agotadora pero que tiene su recompensa. Aguas cristalinas forman un piletón inmenso de casi 50 metros de diámetro, verde y transparente, donde los visitantes se pueden bañar, nadar y ducharse bajo la cortina fresca que viene de las vertientes de las cumbres del cerro Quico, luego de pasar por otras dos cascadas, más pequeñas pero no menos lindas, a las que se puede acceder.
El lugar no está explotado turísticamente, sin embargo, «en temporada alta, es decir, en el verano, visitan el lugar unas 50 personas por día», asegura Nicolás Romano, subsecretario de Relaciones Institucionales de la Municipalidad de La Cocha, el pueblo más cercano.
La cascada del Río Noque forma parte de la reserva natural “Parque Sierra de San Javier”, que pertenece a la UNT. El parque, que concentra 14.714 hectáreas de hermosos paisajes, está ubicado a sólo 11 kms de San Miguel de Tucumán y se accede siguiendo por la ruta que lleva a La Sala. Se debe tomar la Ruta 340 hasta el cerro San Javier, una vez allí continuar por esa ruta en dirección hacia el valle de La Sala hasta encontrar viejos monoblocks de la Ciudad Universitaria. Casi inmediatamente después, un cartel a la izquierda de la ruta indica el acceso al Rio Noque.
La cascada conocida como El Remate, en Amaicha del Valle, queda ubicada a 9 kms del centro de la comuna, los visitantes optan entre contratar agencias de turismo que los trasladan de ida y vuelta, o hacer ese recorrido a pie, en una experiencia exigente a nivel físico, pero con un imponente marco natural que permite contemplar paisajes bellísimos. Ubicado a 2.300 metros sobre el nivel del mar, El Remate constituye un ejemplo de los asentamientos prehispánicos agro-pastoriles más tempranos conocidos hasta el momento, ocupado durante los siglos VIII y XI d. C.
La localidad de Villa Padre Monti está enclavada en las serranías del sistema de Medina a más de 2000 metros sobre el nivel del mar. Hasta aquí se llega por la ruta provincial 305 desde la Capital. Luego el camino continúa enripiado aunque en buen estado.
Tras una extensa caminata se puede llegar hasta la cascada, aunque cabe señalar que hay muchos senderos que prestan a la confusión y conducen a otros lugares. La mejor indicación para llegar es seguir el arroyo en contra de la corriente, algo que también sirve como referencia para el retorno. La región es húmeda, con bosques de yungas y, aún en pleno invierno, podría apreciarse su exuberancia. En verano es recomendable cargar repelente de insectos y abundante agua.
La Toma es un balneario que conjuga cerros, selva subtropical y un río de montaña, todo en las cercanías del hogar. El lugar se encuentra emplazado al pie del cerro Taficillo, en Tafí Viejo, e invita a turistas y vecinos a disfrutar de los paraísos naturales que allí se encuentran. Allí, operarios de la localidad colocaron merenderos, asadores, cuatro quinchos y baños públicos. Según la Municipalidad de Tafí Viejo, el material utilizado para los quinchos es totalmente natural y amigable con el ambiente: troncos de eucalyptus y palo santo conforman la estructura, mientras que el techo está hecho con totora.